El proceso se basa en la identificación de mutaciones asociadas con el tumor en secuencias de ADN y niveles aberrantes de algunas proteínas que circulan libremente en la sangre.
En un estudio reciente, publicado el 18 de enero en “Science”, el test fue capaz de detectar la enfermedad en aproximadamente el 70 por ciento de más de 1000 personas a las cuales ya habían sido diagnosticados el cáncer.

Los investigadores esperan que su trabajo pueda conducir a un test más simple y económico para la secuenciación intensiva involucrada en algunas biopsias líquidas.
Nitzan Rosenfeld, investigador oncólogo de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, dijo que “en un tiempo relativamente corto será posible tener prestaciones similares a las de otros métodos, pero con un enfoque mucho más barato”.

Nickolas Papadopoulos, oncólogo del Johns Hopkins Kimmel Cancer Center en Baltimore, Maryland, y sus colegas han desarrollado un test que puede detectar tumores en una etapa temprana, cuando son más fáciles de tratar.
Los investigadores buscaron formas de hacer que su biopsia líquida sea más sensible, sin aumentar el riesgo de resultados falsos positivos. Cancer SEEK es el nombre dado al test que examina los niveles de ocho proteínas y la presencia de mutaciones en 16 genes.
Se probaron ocho tipos de cáncer: ovario, hígado, estómago, páncreas, esófago, colon-rectal, pulmón o seno.
La efectividad de la prueba fue diferente según el tumor: se detectó el 98 por ciento de los tumores de ovario, pero solo el 33 por ciento de los casos de cáncer de mama. Pudo identificar el órgano en el que la enfermedad había echado raíces en aproximadamente el 63 por ciento de los pacientes. Pero la prueba produjo mejores resultados en los tumores en etapa tardía que los tempranos, encontrando el 78 por ciento de la enfermedad en estadio III en comparación con el 43 por ciento de los tumores en estadio I.
Para más información leer el artículo publicado en Nature el 18 de enero de 2018.