El pH es la unidad de medida del grado de alcalinidad o acidez de un líquido particular. En nuestro cuerpo, el pH normal tiene un valor de 7. Por encima de este valor hay un exceso de acidez, por debajo un exceso de alcalinidad.
Los procesos bioquímicos humanos se llevan a cabo correctamente sólo si el pH es estable en el valor 7. El pH de la orina refleja la capacidad renal para mantener una concentración normal de iones de hidrógeno en el plasma y en los líquidos extracelulares. Este resultado se obtiene principalmente a través de la reabsorción de sodio y la secreción de iones de hidrógeno y de amonio por los túbulos renales.
El pH de la orina puede variar dentro de un rango de normalidad bastante amplio. A diferencia del pH de la sangre donde las oscilaciones de ± 0,4 puntos son en sí mismo la alarma de enfermedades extremadamente graves, el pH de la orina es normalmente entre 4,6 y 8, en relación a la dieta y la salud del organismo.
Hay, en nuestros cuerpos, unos sistemas de tampón que regulan el pH. Sin embargo, se observó que la alimentación inadecuada, deficiente en oligoelementos y vitaminas, a menudo conduce a una acidosis metabólica; en particular en un organismo que presenta una patología, es un generador de ácidos. Esto es porque, para la deficiencia de estos nutrientes, que son catalizadores importantes de las reacciones enzimáticas, se bloquean algunas cadenas del metabolismo químico, con consiguiente acumulación de ácidos. El pH de la orina nos permite identificar el exceso de acidificación del organismo para la deficiencia de oligoelementos y vitaminas. Por lo tanto, es necesario complementar la dieta con muchas frutas y verduras y complementarla con productos alcalinos.