Las bacterias del intestino delgado son de un tipo diferente a las contenidas en el colon. En SIBO hay un crecimiento bacteriano en el intestino delgado al menos 10 a 15 veces la norma, y, al mismo tiempo una modificación de las cepas de la población bacteriana que tiende a parecerse a la del colon. Todas las condiciones que interfieren con el movimiento peristáltico del intestino delgado de arriba hacia abajo impiden una perfecta eliminación de bacterias que pueden, por lo tanto, multiplicarse en el lumen del intestino delgado.

Las condiciones patológicas que favorecen la SIBO son:

1.     Enfermedades neurológicas /muscolares (ej. Sclerodermia)

2.     Diabetes Mellitus

3.     Divertículos del delgado

4.     Morbo de Crohn o Ileítis Segmental

5.     Algunos resultados de la cirugía intestinal

6.     Pseudo obstrucción intestinal o síndrome de Ogilvie

7.     Reducción de la acidez gástrica (espontánea o inducida por los inhibidores de la bomba de protones).

La presencia de una gran cantidad de bacteria en el intestino delgado provoca una modificación de los ácidos billares y de consecuencia una mala absorción de grasas alimentares. Las bacteria, además, determinan también un daño directo sobre las células del tubo gastrointestinal que se ocupa de la absorción.

El diagnóstico puede ser difícil para la superposición de los síntomas a la del síndrome del intestino irritable.
En la actualidad, para el diagnóstico se utiliza el Breath Test a la lactosa, glucosa o xilosa que detecta la cantidad en la expiración de hidrógeno, debido a la fermentación temprana por las bacterias del intestino delgado.
El fármaco que parece más eficaz es la rifaximina: antibiótico no absorbible con actividad contra bacterias gram-positivas, gram-negativas, aerobios y anaerobios.

Se ejecuta, normalmente un ciclo de 7 a 10 días, con frecuente, rápida mejoría de los síntomas.
Recientemente se compararon los tratamientos llevados a cabo durante 7 días, con el aumento de las dosis diarias de rifaximina (600 mg, 800 mg, 1200 mg, 1600 mg). Las tasas de éxito varían de un mínimo de aproximadamente 16 % (para la dosis más baja) a los valores máximos de aproximadamente 60% para la dosis de 1200 mg, hasta un máximo que excede 80 % (para la dosis máxima de 1600 mg).
La recaída de los síntomas después de la terapia es, sin embargo, frecuente: por esta razón, se puede recurrir a los tratamientos cíclicos y probióticos.
7. inflamación intestinal y Calprotectina
La calprotectina se ha encontrado en varios materiales biológicos humanos: en el suero, saliva, líquido cefalorraquídeo y orina. La dosificación de la calprotectina en las heces pero es más ventajosa en la evaluación del grado de inflamación del intestino. De hecho, es extremadamente estable en las heces, manteniéndose inalterada durante más de 7 días.

El aumento de la concentración de calprotectina en las heces es una consecuencia directa de la granulación de los neutrófilos, como resultado de un daño de la mucosa intestinal. En los pacientes con Inflammatory Bowel Disease (o enfermedades inflamatorias intestinales), que se indican a nivel internacional por las iniciales de IBD, el nivel de calprotectina es en general muy alto. Entre las enfermedades que caen bajo la IBD entendemos la colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn y la llamada “colitis indeterminada.” En la IBS (p síndrome de intestino irritable) el nivel de calprotectina es decididamente menor que en los pacientes con enfermedad activa, pero aún más alta que en los sujetos sanos.